De despacho a ático luminoso: 70m2 sin límites

Tiraron paredes, comunicaron espacios y consiguieron que las vistas al mar se divisaran desde toda la casa. Una reforma perfecta que transformó lo que fue un despacho en un ático diáfano y muy personal.

Una atalaya sobre la ciudad, así define Judith Bordas este antiguo despacho barcelonés, que acabó convertido en el ático con luz y vistas que tanto buscaba. “Renovamos por completo la distribución, buscando dos cosas: una vinculación estrecha con la magnífica terraza y unas trayectorias visuales de largo recorrido, con espacios diáfanos y relacionados”, explica la propietaria. Desde la estancia que reúne cocina y comedor, la vista se pierde hacia el salón, el despacho y, finalmente, el dormitorio, donde dos ventanas se abren hacia el horizonte. “Tenemos tanta luz –comenta Judith– que opté por la fuerza del contraste: una combinación de paredes en blanco roto con carpintería en negro”.

Espacios unidos con varios usos

[post_ad]1.Cocina-comedor

Una estancia unifica cocina y comedor distribuidos en paralelo. El comedor se sitúa ante un gran ventanal asomado a la terraza. Junto a él, la cocina se organiza en un largo frente lacado, equipado con todo lo necesario.

2. Contraste

La cocina es de líneas y materiales contemporáneos, mientras que la mesa del comedor es de almoneda situada bajo un marco de molduras de madera que la propietaria decidió conservar al hacer la reforma.

3. Correderas

Todas las puertas de la casa son correderas de doble hoja empotradas en los tabiques. La puerta que comunica cocina y salón es, además, acristalada para permitir el paso de la luz y las miradas entre ambas estancias.

4. A medida


La propietaria es una gran lectora y diseñó ella misma la gran librería: hecha a medida con DM lacado en negro, ocupa por completo la pared de la chimenea.