De aluminio o PVC, las nuevas ventanas conquistan el espacio con diseños cada vez más grandes, livianos y manejables.
Si tienes la posibilidad de hacer ventanas verticales conseguirás sacar todo el partido de la luz natural.
El Movimiento Moderno abanderó una arquitectura más ligera y transparente, con grandes huecos para atrapar la luz natural y crear entornos más confortables y visualmente limpios. Hasta hace unos años solo era posible cerrar estos huecos con acristalamientos fijos o con ventanas que requerían varias hojas y gruesos perfiles.
Con el tiempo, la industria ha conseguido desarrollar modelos que combinan hojas de gran tamaño con perfiles cada vez más delgados y sofisticados herrajes capaces de manejar fácilmente el creciente peso de estos sistemas.
Que la luz natural sea la que decida la distribución de tu casa es una buena idea para tener espacios siempre bien iluminados
Desde Technal, ponen datos a la evolución de la capacidad de las ventanas para abarcar luces cada vez más grandes: “Hasta finales de los años noventa, una ventana abisagrada de una hoja estándar no superaba los 75 cm de anchura y los 140 cm de altura (215 cm si se trataba de una balconera) y su peso raramente superaba los 30-40 kg de peso.
La evolución técnica (materiales), arquitectónica (diseño) y social (cada generación es más alta que la anterior) ha modificado sensiblemente estos datos, especialmente en la última década. Hoy es habitual realizar ventanas abisagradas de 110 cm de ancho por 230 cm de alto y con un peso (debido a la superficie y espesor del acristalamiento) de 100 a 120 kg por hoja”.
Para ellos, las claves de esta evolución han sido la industria del vidrio por un lado y los elementos de transporte por otro: hoy en día son norma dobles y triples acristalamientos con capas que reducen el factor solar.
La industria de las carpinterías ha tenido que desarrollar sistemas de manipulación y transporte que permitan elevar los 500 kg que puede llegar a pesar una luna de estas características a un sobreático, por ejemplo.